Viernes Creativos: todo es mentira… o no

Buenos días amigos,

El otro día estaba navegando en Instagram y me topé con un fotógrafo berlinés que no deja indiferente a nadie: Andreas Maria Kahn (https://www.andreasmariakahn.de/) .Una de sus fotografías me impactó especialmente y en cuanto la ví, supe que quería que formara parte de nuestra colección de fotografías inspiradoras de relatos.

Y aquí os la dejo. Espero que os transmita sensaciones, historias, poesías, lo que sea. Y que me lo contéis aquí, en Facebook, en vuestros blogs…lo importante es escribir.

¡Feliz Viernes!

6 pensamientos en “Viernes Creativos: todo es mentira… o no

  1. Metamorfosis

    Ha llegado el tiempo en blanco y negro
    en el que el hombre, multiplicado
    en idénticos rostros,
    en cuerpos amorfos y atrofiados,
    camine a cuatro patas
    tras el alimento del erial maldito
    en el que se ha convertido
    este planeta amado,
    traspasado por el puñal del abandono.
    Ahora, moribundo,
    este clama por una salvación soñada,
    esa utopía inalcanzable
    que aleje la proximidad de la muerte
    de sus cimientos.

  2. La ambivalencia me seguía desde el naufragio. Convivía con mis ganas de volver y con la adoración a la belleza de aquel lugar; con la morriña de las comodidades y con la liberación del apego; con el recuerdo de la comida de Tata y con la satisfacción de vivir el trabajo que hay detrás del llevar la comida a la boca; y, ante aquella pandilla que apareció ante mis ojos, la ambivalencia se volvió a despertar recordándome entre carcajadas mis ganas de compañía.

  3. Cangrejos
    Formamos un ejército de animales confusos y olvidados. Usamos caretas de hueso blanqueadas por el tiempo. Corremos de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás, de adentro afuera, de arriba abajo, por los eriales de la tierra. Somos presa fácil para lobos y chacales, para hienas que abastecen su hambre de carroña. Somos feromonas que alimentan el olfato de la caza. Mártires, sí, de la incontinencia marginal de la manada. Ya no quedan hombres, y buscamos, con nuestra postura, dar la vuelta al reloj que gobierna el canon de la historia.

  4. Animales

    Aquella especie me impactó como si hubiera sido testigo de un encuentro con gorilas en su hábitat. Eran seres humanos como nosotros, mujeres en concreto. Mujeres que se habían apartado a vivir al margen de la sociedad. Mujeres hartas de reivindicar su libertad sexual, su libertad en esencia. Ellas hacían un ritual para los curiosos, como yo, que nos dejábamos caer por el lugar donde convivían. Caminaban desnudas, con las piernas abiertas. Era inevitable sentir que la entrepierna se abultaba, al ver la predisposición que sus posturas mostraban. Pero era un trampantojo, una visión trampa. Estaban de espaldas, realmente te enseñaban un rostro inerte e inexpresivo. Si querías poseer su cuerpo, debía ser de forma forzada. Meros objetos a copular. El simple pensamiento me hacía sentir deleznable. Yo no quería poseer sus cuerpos así. El sexo debe ser el culmen de un proceso de conquista entre dos personas o más, sean del género que sean. Un acto consentido y para disfrutar. Esas mujeres nos recordaban nuestros bajos instintos, actos primitivos y condenables. Más de uno sería capaz de aprovechar la situación y forzarlas. Era asqueroso. Salí de allí horrorizado y las dejé en paz.

    Esas mujeres eran dueñas de su cuerpo, pero, sobre todo, de su libertad.

  5. DELIRIUM
    Sobresaltado abro los ojos a un mundo nebuloso, apoyado en una barra que no veo, me encuentro rodeado de seres que se contorsionan, rostros uniformes e impersonales me miran, se dirigen a mí y no los entiendo, un escalofrío de terror me recorre.
    _¿Qué queréis?, grito.
    Me tambaleo, intentando apartarme de ellas o quizá sean ellas las que se apartan, resbalo hasta el suelo sin conseguir sostenerme, un pensamiento se abre paso lentamente en mi cabeza, ha llegado la hora y no, no beberé más, nunca más…

  6. REGRESIÓN
    Abandonaron las ciudades y se mudaron a las montañas. Empezaron a caminar como cuadrúpedos y a subir a los árboles. No resultó fácil. Pero, al cabo de cien generaciones, lograron los primeros éxitos: perdieron completamente la capacidad de hablar y empezó a salirles cola. Volvían a ser monos.

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