Viernes creativo: escribe una historia

¿Te atreves a escribir una historia para este video de Stéphanie Di Giusto para la diseñadora Vanessa Bruno?

Se os dan muy bien las historias de (des)amor , así que hoy espero que os luzcáis.

Te invito a dejar tu historia en un comentario en esta entrada, en facebook, en google+, en twitter, en tu blog o donde quieras, el asunto es escribir.

33 pensamientos en “Viernes creativo: escribe una historia

  1. La última vez

    Será la última pelea, esta vez sí, recorreré lagos de impaciencia, escalaré montañas de gritos, subiré escaleras de desazón. Me desnudaré de tus besos, me vestiré con palabras nuevas. Y prometo, esta vez sí, no volver a besarte, nunca, como si fuera la última vez.

  2. Cacharritos
    ——— ~ ———
    Desde entonces no hace otra cosa: compra un boleto a primera hora y aparca la cabeza junto a la de ella, comparte almohada con quienquiera que sea hoy, por más idéntica que sea a la de siempre.
    Luego es noria sencilla, o tazas de animales que giran y rotan a la vez, o balancín pirata, o la temible cordillera soviética de nueve cimas. Cada amanecer una atracción diferente, con distinta banda sonora, con el estómago calmo a veces y con tormentas gástricas las más.
    Y si el cuerpo lo permite, un beso y un ‘por favor, otro boleto sencillo’.

  3. La decisión

    La amazona del desierto del Gobi, la urbanita de Nueva York, la voluntaria de Kenia, la poetisa de Montparnasse, la bailarina de tango en La Catedral, la caprichosa niña rebelde de Vargas Llosa, la devora hombres del Soho, la peregrina del Camino de Santiago, la amante de un millonario, la musa de un pintor, el suspiro de un cantautor, la independiente guía de su destino y muchas aspiraciones más se concentran en la cabeza desdichada de Gabriela para librar batalla contra los recuerdos alegres que compartió, el cariño que alberga por Marcos, la seguridad que le proporciona y el miedo a un futuro en soledad. Del resultado de esta contienda depende si se olvida del DIU, como él quiere, o le envía un whatsap de despedida.

  4. Caída libre

    En busca de la felicidad perdida, quiso volver el tiempo atrás, descendiendo una escalera de espaldas. Pero el tiempo es lineal y siempre avanza.
    Lo único que logró fue enfrentar el futuro con la nuca y en caída libre.

  5. DEGUSTACIÓN

    Duelen esas noches de insomnio en las que no hago más que rebobinar el corazón, para verte correr entre sístoles y diástoles una y otra y otra vez. Duelen porque odio tus palabras de no te presentes sirviendo en bandeja tus defectos, nadie querrá servirse un beso de tu boca, porque tuviste razón todo el tiempo y ahora las orillas del alma se me escarchan. Duelen la oscuridad fracturada por el brillo añejo de tus ojos, el aullido insoportable del revoque desteñido, las sábanas ásperas de soledad.
    Deshilachan esas noches que forman una postal indefinida, donde todo se hace agua en la que me ahogo. Agua en el cielo y en el infierno y en el medio y en lo profundo…
    Los amaneceres llegan por inercia, sin el salvavidas de tus labios, sin murmullos siquiera de la muerte que me espera en el sofá, con una bandeja de virtudes que cada vez me cuesta más ignorar.

      • Qué hermoso que digas magnífico y poema en la misma oración, Peña, porque es eso lo que busco todo el tiempo. Me alegra tanto que así lo creas, y que te haya gustado, y que me lo digas… Muchísimas gracias por tu comentario-caricia. Un abrazo enorme.

      • Miguel, Miguel, qué hermoso tu punto de vista. Eso es ser optimista. Muchas gracias por tu referencia a mis imágenes, por lo que digo en el comentario de arriba. Esa es la búsqueda constante de mis palabras hilvanadas. Un abrazo fuerte y valiente 😉

  6. Ciclotímicos

    Nos besábamos por la mañana antes de ir a trabajar con un leve roce de labios, más por costumbre que por ganas. A mediodía, decidimos no llamarnos más: la tensión del trabajo nos llevaba a discutir por tonterías con fiereza animal. Pero, por la noche, después de cenar, nos devorábamos en la cama como si nos acabáramos de conocer.
    Ahora estoy convencido de que tiene un amante: en el trabajo, ha pedido un cambio de turno.

  7. TIEMPO DE DESCUENTO
    Un cruce fortuito en aquel largo pasillo me advirtió de los ojos encantadores de serpientes pero el tiempo de descuento en nuestro partido ya había comenzado. Quedamos un día para comer al salir de la oficina y antes de que llegara el camarero Ana ya me había seducido. Entonces llegó la vida en nuestros mundos paralelos. Viajamos, cantamos, lloramos y reímos juntas como si nada ni nadie existiera. Hasta que un día recordé el momento exacto en el que todo se repetía: los desencuentros, la ira, el miedo, la impotencia, el ahogo, la vigilancia. Un último beso y el sonido final. Empate a cero.

  8. ENTELEQUIA
    Mudas de piel y escenario a tu antojo pero no puedes capturar la magia de la realidad. Si abrieras los ojos para asomarte a los míos verías que sólo eres una gota en el océano. Pero es inútil. Siempre tienes la mala costumbre de soñar dormida.

    (Besos para todos)

  9. In crescendo

    Intente dejar de ser yo para convertirme en ella. Empecé por los pequeños detalles como el corte de pelo, el color, la ropa. Aprendí a caminar sobre esos tacones de vértigo y a lucir piernas. Con los ojos no hubo problema, el maquillaje acentuó el parecido. Tú aconsejabas pequeños cambios y hasta creí que te gustaba. Hubo un día que me llamaste por su nombre y yo, sonreí. Luego, volvieron los no me esperes levantada, el olor a perfumes desconocidos, las manchas de carmín. Ella vino un día a verme, a preguntar por ti, a reprocharme. Fue como mirarme en el agua de un estanque cristalino. Me asusté.
    Ahora te veo pasar empujando un carrito de bebé y con esa otra del brazo. Esa otra, que es igualita a mí, antes de que fuera ella.

  10. ¿Desamor?… De estos póngame cuarto y mitad

    Hola compañeros de clase, os dejo mi propuesta que la he escrito y pensado bajando las escaleras al revés, para meterme en el personaje. Abrazos

    QUEMAZÓN

    – Por fín, ¿no me digas que todo este tiempo has estado en la cocina? Te he buscado en el lago, en el jardín, entre los caballos, por todas partes, hacia adelante y hacia atrás, y mira tú dónde estabas.
    Ven cariño, olvídate de la tortilla y cómeme a mi.

  11. Si se admite con retraso, ahí va:

    Un mal sueño

    Quería regresar a ti. Me parecían lejanos hasta los recuerdos. Ni siquiera me acercaba a ti el desandar del camino que juntos habíamos trazado, cuando conquistamos aquel paraíso de cuerpos desnudos cabalgando. Me veía a mi misma galopando sobre los lomos blancos de tu piel. Bebí de la fuente de tu inagotable sexo. Te suplicaba enfurecida que volvieras. Mis palabras huecas se tornaron pesadilla.
    Me despertó tu beso enamorado y tu tierna caricia en mi mejilla.

  12. Vengo

    Soy la que camina sobre las aguas, y por debajo de ellas. Soy blanca, soy negra. Soy la ternura, soy lo contrario, soy un lado del espejo y el otro. Soy el espíritu libre que galopa, soy la que se encierra y espera, soy la que huye. Soy la que ha vuelto ya de todos los sitios, la que necesita salir. Soy la calma y la tormenta. Y tú, tú no tienes ni idea de lo que te espera.

  13. Reblogueó esto en Anatomía de la matrioskay comentado:
    ENTELEQUIA

    Mudas de piel y escenario a tu antojo pero no puedes capturar la magia de la realidad. Si abrieras los ojos para asomarte a los míos verías que sólo eres una gota en el océano. Pero es inútil. Siempre tienes la mala costumbre de soñar dormida.

  14. Quiero ser yo

    ¡Ya basta! Ya no sé como gustarte. Me he vuelvo viento, nieve, agua, sal. Me he cubierto de blancos y grises y a veces algún color. Me he convertido en otra, para que me mires. Y te he buscado en la niebla, detrás de los cristales, en las cimas más altas… ¡Si hasta he desandado caminos! Pero se terminó… No beberé más de tu boca ni seré tu amazona ni permitiré, escúchame bien: Ya te no permitiré que me digas qué debo hacer.

  15. Quiero ser yo

    ¡Ya basta! Ya no sé cómo gustarte. Me he vuelvo viento, nieve, agua, sal. Me he cubierto de blancos y grises y a veces algún color. Me he convertido en otra, para que me mires. Y te he buscado en la niebla, detrás de los cristales, en las cimas más altas… ¡Si hasta he desandado caminos! Pero se terminó… No beberé más de tu boca, ni seré tu amazona, ni permitiré, escúchame bien: Ya te no permitiré que me digas qué debo hacer.

  16. EN EL CIELO

    Como en una fiesta sorpresa, se encienden de sopetón todas las luces y ahí están: la gente que quiero, la gente que me quiere. Sus ropajes son extraños, pero eso no importa demasiado. Vienen a guiarme y me siento una más. Es una sensación aún más reconfortante que ser la reina de la fiesta. Vamos todos vestidos igual. Me dicen que volveré, todavía tengo mucho que aprender.
    Me veo en imágenes grabadas en mi mente, recuerdos de pequeños grandes momentos que sumados crean la vida que dejé. Y es terrible comprobar cuánto pude realizar y no hice, cuánta tinta sin gastar. Mi libro es de pocas páginas pero ¿y la calidad? ¿Acaso no importa? Reflexiono. Fue una vida simple pero siempre amé. No hice grandes sacrificios, ni grandes acciones. Supe amar a los demás; tal vez demasiado a mí misma. Fui buena, siempre realicé lo que se esperaba de mí, seguí las tradiciones, las reglas. Tuve todo lo que materialmente se puede pedir.
    Me preguntan qué me traigo conmigo, ya que obviamente lo material aquí se desintegra (si es que realmente alguna vez existió). Rememoro. Tanta gente y solo quiero verlo a él. Me dicen que podremos encontrarnos si planeamos estar juntos de nuevo. Pienso que esta vez fue demasiado fácil compartir el amor con Germán. ¿Y si la próxima nos desencontramos y aprendo a no tenerlo todo?

  17. Había prometido olvidarte, pero la cabeza me jugaba malas pasadas. En vez de avanzar, echaba la vista atrás. Como en una película rebobinada, recorría las calles, los parques, las habitaciones de hotel en que habíamos estado juntos y sentía la puñalada de tu ausencia en todos aquellos lugares. Ya no había caricias en el cuello ni palabras en mi oído, ni el perfume de tu pecho; solo en un rincón oscuro lograba recuperar el aroma de tu boca encendiendo la mía. Pero en medio de ese fuego me invadía un eructo podrido y recordaba en un instante por qué había prometido olvidarte. Ese asco inmenso me empujaba hacia un futuro que no reconocía y que parecía imposible que fuera a ser el mío. Porque la única certeza que adivinaba en él es que allí ya no estarías y yo me sentía feliz por ello.

  18. BAJO EL VOLCÁN
    Recuerdo cuando llegamos a vivir cerca del volcán. En las noches de frío intenso te hacías bolita y tu cabeza descansaba en mis brazos, mientras tus pies se calentaban entre los míos. Después, próximos a dormir, mi pierna derecha cubría la redondez de tu muslo con olor a fiebre y sabor a canela.

    Ayer, dijiste que me apropié de la frazada y que en la madrugada te despertó el frío. Me reclamaste con enojo y en tus ojos creí ver una luz de odio con regusto a quina.

    Dejamos de abrazarnos y sombreamos nuestras sábanas de lejanía; cada uno comenzó a abrigarse con su propio cobijo de lana.

    En las noches que siguieron, el frío derramó cristales afilados en las columnas de la casa y en nuestra cama.

    No puedes conciliar el sueño, porque tu cuerpo no responde al acomodo; yo me cubro hasta la cabeza y, aunque mis ojos permanecen abiertos, sólo veo una profunda oscuridad –fría como la menta– y escucho el canto desolado del viento: en el espacio que media entre tú y yo, percibo el goteo helado del silencio.

  19. Yegua
    Olvidé cómo caminar de frente. Hoy me intriga esa manera tuya de hacerme sentir tan dependiente. Observo mi paso en retroceso todo el tiempo. Mis pensamientos trotan en mi mente, comienzo a domarlos uno a uno; por muy blancos que parezcan, me llevan al pasado. Detrás de la ventana luzco libre. El pino me observa, cierro los ojos para no mirarlo. Atravieso lagos llenos de lágrimas, decido tocarlos para dar respuesta a la pregunta: ¿te amo o te odio por eso? Mis memorias están sobre la mesa, en esta decisión apuesto mi vida, un beso en el gélido invierno petrificó mi seguridad, no reparé y arrasaste con tu energía y galope mi identidad. Eres mi potro, no sé avanzar hacia el frente sin tu andar.
    Celosa de la mujer que te monta, maldigo su andar.

    Blanca

  20. Muchísimas gracias a todos por vuestros relatos. Me abruma, de verdad, vuestra generosidad al compartirlos.
    Por cierto, aunque no sea viernes, no dudéis en escribir si os apetece. #Viernescreativo no es un día, es un estado del espíritu.

¿Qué opinas?