Convencimiento
A eso de la medianoche mi corazón dejó de pertenecerte. La fatalidad propicia que siga enamorada de ti, pero ya no soy tuya. He conocido a otro, a otros. Y en el doloroso vacío de mi interior me siento escindida, a la deriva. Debes saber que tampoco eres ahora el dueño de mis ojos, riñones, hígado o intestinos. Ni siquiera yo lo soy. A decir verdad, inexplicablemente, le he perdido la pista a la mayoría de mis órganos internos..
Romántico y dramático, todo a la vez. Muy bueno.
Saludos.
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