Viernes creativo: escribe una historia

¿Cuáles son tus deseos? ¿Eres capaz de pronunciarlos en voz alta? Eso te pido, que formules un deseo o que hagas que se cumpla. Casi nada.

La inspiración viene del artista urbano Michael Pederson.

Michael Pederson

Michael Pederson

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13 pensamientos en “Viernes creativo: escribe una historia

  1. INOCENCIA, PUREZA, NOSTALGIA

    Al fin encontré la flor más apropiada para ti, la que mejor te representa. En la enciclopedia lo ponía muy claro, significado de “Diente de León”: inocencia, pureza, nostalgia.
    La inocencia de tu sonrisa, de tu mirada, cuando te creías todos mis cantos de sirena. La pureza de tu piel, de tu cuerpo, que fue solo mío. La nostalgia que siempre me acompañará. Nunca podré olvidarte, aunque me queda el consuelo que, desde que te marchaste, solo yo sé donde estás.
    Ahora tengo un único deseo, que nadie arranque esa flor, ya que debajo de ella están enterrados tus recuerdos y… tú.

  2. Felices sueños
    Tomo entre mis dedos uno de los vilanos que escapan de la flor, y les soplo los deseos que anhelo. Una brisa lo mece y eleva por las calles. Vuela con la gracia de una bailarina, ligero, sutil, liviano…
    Un gorrión adormecido lo ve interrumpir su vuelo impedido por las ramas de un árbol. El pájaro extiende sus alas desperezándose y el aire de estas de nuevo pone en movimiento al portador de mis deseos.
    Vuela hacia ti que estás gozando de un sueño en el que quizás veas un diente de león, al que se van desprendiendo sus semillas. Cada una de ellas portadora de un deseo, cada una de ellas portadora de un sueño.

  3. VATICINIOS DE AMIGAS
    —Cuidado con lo deseas que se puede cumplir— le repetía su amiga cada tarde, cuando a la salida de la academia de mecanografía pasaban por delante de la ferretería y, mientras se atusaba el moño, miraba por el rabillo del ojo para cruzarse con la mirada del chico nuevo.
    —¡Chica, qué pesada! Si no me gusta, sólo que… hay que dejarse ver.
    —Pues para que te vea mejor, ¿por qué no entras a por unas alcayatas o un destornillador?
    —Quita, quita, qué ordinariez…
    Hoy ya es experta en medidas de llaves ingleses, arandelas, tiradores de armarios, bisagras, … y su deseo de no quedarse para vestir santos se ha transformado en la necesidad imperiosa de saber qué se siente cuando se está sola.

  4. El paraguas de Diente de León
    De sus labios convulsos brota una brisa de esperanza, no es Aladdín, ni el mago de Oz, es la Coherencia. Vuelve a soplar en un susurro quedo de sirena de Itaca, cientos de paraguas nacarados de Diente de León se despliegan al amanecer bajo el pentagrama del sosiego. Vuelan, vuelan, vuelan,… bajo las hebras de la roseta unos llevan la semilla de la paz, otros de la tolerancia, otros botas para el descalzo…
    j. mariano seral

  5. SER VIENTO

    Soy frágil y etérea, a la vez que flexible, pero con los pies en el suelo. Protegida, desde el confort de mi mundo, veo la vida pasar mientras crecen mis deseos.

    Pero esta mañana, percibo que sopla una cálida brisa que me despeina el corazón y perturba mis silencios. Me dejo llevar por sus susurros, por la voz de su aliento.

    Siento que todo ha cambiado. Cuando el movimiento se detiene, mi cuerpo sigue vibrando y se me alborotan los sueños, que se lanzan al vacío empujados por mis anhelos.

    Ahora sé que puedo volar, soy la flor del viento.

  6. PIDE UN DESEO

    Y llegó el día en que ya nadie formulaba deseos, el diente de león se había convertido en especie en peligro de extinción y era totalmente prohibido cortarlo o arrancarlo. La gente se volvió apática, aburrida, anclada en su propia rutina.
    Hasta que llegó Aladino y su maravillosa lámpara y de nuevo el mundo volvió a sonreír. El único malhumorado era el genio que trabajaba a destajo para recuperar el tiempo perdido

  7. Deseo lluvia y soplo

    Que llueva, que llueva varios días, que se apaguen el desorden y las llamas. Que puedan volver todos a sus casas, que sigan teniendo donde habitar. Que no hayan sido ellos, los que se dedican a cuidar el bosque. Que no exista nada por lo que merezca la pena matar a personas, árboles o animales, que solo conozcamos razones para amar, para vivir. Que no se pueda construir una urbanización, campos de golf, parques de aventuras, nuevas carreteras, puentes, diques, muros, en terreno calcinado. Que las personas que aman se dirijan allí con semillas y creen un bosque nuevo con sus manos. Que se apague la necedad del mundo. Que llueva.

  8. La fábula del diente de león

    Caminas por la calle y al doblar la esquina te encuentras con la escena de la imagen. ¿Qué tipo de persona eres?

    A – Admiras su belleza y sigues de largo.
    B – Lees el cártel y sacas a relucir tu rebeldía nata. “A mí nadie me manda”, piensas y tocas la flor. Continuas con paso firme y decisión. Orgulloso de ti mismo.
    C – Admiras la belleza del diente de león, envidias al dueño del mismo y ansias poseerlo. No te atreves a tocarlo, pero lo maldices y te marchas con tu frustración y tu amargura a cuestas. Por el camino vas regalando malas caras a los demás.
    D – Contemplas el diente de león y das por hecho que no es de nadie. Es más, “si está en la calle es de todos” piensas. Lo arrancas y soplas. Porque de todos es conocida la leyenda del diente de león. Soplas y se cumplen tus deseos.

    Todos llegaremos a la conclusión de que pertenecemos al grupo A, lamentablemente no es así. Un poco de auto crítica no vendría mal.

  9. Aspiro a desaparecer antes que tú,
    Anhelo soplar vientos calmos en tus brazos.
    Deseo tu esencia
    Brillando en la opacidad de la noche
    Y cristalizar mi fragilidad
    En espejos de aguas diáfanas.

  10. SALTO

    Desde hace meses la primavera se ha instalado allí y no quiere irse. Sus aires de renovación se respiran por las calles. Apaga el televisor. Sale al balcón. Gruesos nubarrones empiezan a deshacerse y con ellos las negras conjeturas de los apoltronados, de los caducos, de las mentes encarriladas que perseveran en la inmovilidad del mundo. “¿Por qué no?”, se pregunta de repente asombrada. Toma un taxi. Los leones del Congreso, que también desean ir más lejos, la saludan al pasar.

    Glòria Torrent Verdolet

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